Raquel encadenada (1921), representada el 7/9/1926, es una versión con variantes de este personaje bíblico, obsesionado por su maternidad.
En 1927 se imprime Sombras de sueño (1926), basada en Tulio Montalbán y Julio Macedo, drama en cuatro actos. Se estrena el 24/2/1930 y trata el problema de la personalidad suplantada.
 Primera edición de El otro (1932) |
Acaso la obra maestra de Unamuno sea El otro (1926), misterio en tres jornadas y un epílogo estrenado el 14/12/1932 y publicado ese mismo año. Presenta a Laura, casada con el otro, sobrenombre de Cosme, hermano gemelo de Damián. Cosme reconoce haber asesinado, por envidia, a su hermano.
Después, asume su personalidad, fundiendo en la figura de el otro a Caín y Abel. Reconociendo a Caín, Damiana, viuda de Damián, anuncia que tendrá un hijo de Cosme. Así se impone sobre Laura, que no acepta el cambio de personalidades. El otro se quita la vida al saberlo y los sobrevivientes reflexionan sobre esta discordia de contrarios en que Caín es la otra cara de Abel y el mal, la simiente de la vida.
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 Manuscrito autógrafo de El Otro
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Es digna de aplauso esta visión dialéctica de la realidad, que debe leerse junto a la novela Abel Sánchez, por similitud temática. Su apariencia de relato policiaco despiertar el interés del espectador-lector. Es buen ejemplo de las inquietudes existenciales de don Miguel.
 Manuscrito autógrafo de El hermano Juan |
Con El hermano Juan o el mundo es teatro (1929), publicada en 1934, culmina la producción dramática unamuniana. Plantea el tema, muy tratado por estos años, de don Juan, aquí novio problemático de varias mujeres, por cuyo amor se ha suicidado alguna, pero, ante todo, actor y personaje desgraciado, que admite no haber gozado los placeres que le atribuyen.
Don Juan es, en esta obra, el complementario de su propia persona. Termina sus días como el hermano Juan en un convento, practicando el bien y componiendo las parejas que ha roto en su vida donjuanesca. Muere en plena escena para el teatro del mundo, pero su personaje es eterno y se reencarnará en otros actores. |
 Primera edición de El hermano Juan (1934) |
Una versión de la Medea de Séneca se representa en Mérida en Junio de 1933. Resulta una traducción bastante literal de esta obra, que trata de forma trágica el tema de la maternidad.
Puede admitirse que el de Unamuno es un teatro difícil por su intelectualidad o por la densidad de sus temas. A ello se suma su austeridad de decorados y economía de medios. Sin embargo, sobrecoge la profundidad de sus diálogos y la trascendencia de sus planteamientos: inmortalidad, paternidad-maternidad, personalidad, unidad-pluralidad…
Fueron cordiales sus relaciones con Luigi Pirandello que enriquecieron el teatro de ambos dramaturgos. |
 A B C Cultural dedicado a Unamuno |
 La tertulia de Pombo con Gómez de la Serna de pie, en el centro, pintados por Gutiérrez Solana |
2.- En Madrid nació Ramón Gómez de la Serna (1888-1963), cuyo conocimiento de las vanguardias europeas le animó a adaptar algunas de sus características a la literatura española.
En la revista Prometeo (1909-1911) colaboró con los proyectos de Alejandro Miquis para crear un Teatro de Arte, experimental, que buscase la Belleza por la inteligencia; y en el Teatro de los niños, apadrinado por Jacinto Benavente. |
Ramón publicó en Prometeo sus primeras obras dramáticas, como La utopía (1909). En ella, el artista Alberto debe renunciar a sus esculturas para modular figuras religiosas de encargo, mientras soporta a su esposa y cuñada. Escapa de su situación mediante el suicidio.
En Beatriz (1909) representa el éxtasis de esta seguidora de Juan el Bautista, al morir él por capricho de Salomé. Beatriz resucita espiritualmente a su líder religioso y asume la personalidad de la bailarina para obtener una venganza mística.
Presenta en El drama del palacio deshabitado (1909) una serie de nobles de ultratumba que repasan sus vidas malgastadas de modo estéril y envidian a una pareja de jóvenes vivos que disfruta del amor. |
 Primer número de Prometeo |
 Portada de Julio-Antonio para El drama del palacio deshabitado |
Su drama en tres actos, El teatro en soledad (1912) escenifica cómo, al terminar una representación convencional en un teatro, aparecen unos personajes oscuros pero sublimes que dialogan sobre la hipocresía de las personas convencionales. Los actores de este drama aceptan su dolor y angustia de vivir, y lo subliman transformándolo en arte y reconocindo el sexo y el absurdo como modos auténticos de vida.
Entre las mejores obras de esta época está El lunático (1912). Este maníaco vive obsesionado por los antifaces. Cuando una jovencita mística pretende hacerle reaccionar, colocándose un antifaz, el lunático, en su excitación, la asesina para apoderarse de la esencia de la máscara y del erotismo de la mujer.
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Muchos años después, Gómez de la Serna recogería el teatro de esta época con variantes, bajo el título de Teatro Muerto (1956), donde reconoce lo irrepresentable de sus obras y la mediocridad teatral de los autores del momento.
Los medios seres (1929) presentaba el aniversario de bodas de Pablo y Lucía, medios seres, es decir, personas de vidas incompletas que anhelan un complemento para existir. Otros personajes, medios seres también, en parte, exhiben su ingenio o sus manías, bajo las que late su angustia vital. El sexo es nuevamente una forma de evasión, hasta que Fidel, antiguo pretendiente de Lucía, sugiere la posibilidad de un triángulo afectivo o amoroso como solución a la indigencia existencial de la pareja protagonista.
Su última obra, Escaleras (1935), es una alegoría de la felicidad y la desgracia. Por encima del desconcierto que en su momento produjo el teatro de Gómez de la Serna, valoramos su capacidad de denunciar un mundo rutinario y falso, gobernado por la represión y el tedio, y su propuesta de unas relaciones humanas más auténticas, que integren el sexo, el erotismo, y, sobre todo, la imaginación para superar la angustia, el dolor y el absurdo existencial de nuestras vidas.
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 Los medios seres |
Desde la guerra civil -1936-, Ramón se estableció en Buenos Aires, donde escribió algunos libros de memorias.
 Jacinto Grau |
3.- En Barcelona nace Jacinto Grau (1877-1958) y vive en Valencia y Madrid hasta 1936. Su carácter polémico le enfrentó en numerosas ocasiones a Jacinto Benavente, sin llegar a situaciones conflictivas. Grau es autor de unas veinticinco obras dramáticas.
De 1902 son las primeras, entre las que destaca En Ildaria (1917), sátira política, o El Conde Alarcos (1907), estrenada el 19/11/1919, sobre este personaje del romancero medieval, ya tratado en el teatro de los siglos de Oro: el conde Alarcos debe matar a su amante esposa para cumplir la palabra, que diera años atrás, de casarse con la infanta. El castigo se extiende al conde, a la infanta y al rey que autorizó la orden. Su estilo, que imita discretamente el castellano medieval, lo aproxima al drama histórico de su época. |
Don Juan de Carillana, escrita y estrenada en 1913, presentaba un don Juan provinciano y decadente, incapaz de conquistar a una mujer que se burla de él. Enamorado y desengañado, don Juan abandona su casa.
Entre las obras preferidas de nuestro autor se halla El hijo pródigo (1917), estrenada el 14/3/1918. Este drama bíblico amplía la parábola evangélica: tras volver a casa Lotán, hijo pródigo, es agasajado por sus amigos y envidiado por su hermano Osén. Lotán escapa con la prometida de Osén y vuelve por segunda vez a su aldea, ahora amenazada por la ruina. Lotán viene enriquecido y aumenta la envidia de su hermano, que lo maldice y le revela cómo Elda, su madrastra lo ama en secreto. Lotán marcha de la aldea y Elda buscará consuelo en las primeras sectas cristianas.
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 Don Juan de Carillana |
 Figurín del Capitán Araña por Salvador Bartolozzi |
Se ha relacionado la envidia de los dos hermanos con la novela de Unamuno Abel Sánchez (1917), donde Caín y Abel participan de inquietudes similares. Lotán comparte también rasgos con don Juan, personaje siempre grato a Jacinto Grau.
La obra más famosa de Grau es, sin duda, El señor de Pigmalión (1921), estrenada el 16/2/1923. Pigmalión, empresario de una compañía de muñecos creados por él, vive enamorado de su muñeca Pomponina. Al presentarla en sociedad, un duque se encapricha de ella y la rapta. Al hacerlo, los muñecos aprovechan la ocasión para liberarse de su dueño, cuya vida es segada por el diabólico Urdemalas.
La obra planteaba temas existenciales: la esencia de las criaturas y su relación con el creador. Los nombres de Pirandello y Unamuno se asocian a ella. En un prólogo dramatizado, Grau protestaba contra el teatro comercial que se preocupaba por los ingresos económicos.
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 Figurín de don Lindo por Salvador Bartolozzi |
A finales de los años 20, vuelve Grau al tema de don Juan con El burlador que no se burla (1927), recreación del mito. Consta de un prólogo -sobre el nacimiento del personaje- y cinco cuadros, en los que don Juan seduce a su prima, que se suicida avergonzada; a una viuda reciente; a la mujer de un escéptico conferenciante y a la querida de un matón del hampa. En el último cuadro recibe la muerte, en forma de un veneno alucinógeno. En un epílogo, varias amantes de don Juan se reafirman en el amor que le profesaron.
Desde la guerra civil de 1936, Grau se estableció en Argentina, donde estrenó y publicó obras hasta el fin de sus días.
 Los hermanos Manuel y Antonio Machado |
4.- Frecuentemente incluido en el teatro poético se encuentra el de los sevillanos Antonio y Manuel Machado Ruiz (1875-1939 y 1874-1947, respectivamente).
De sus siete obras dramáticas, cinco están escritas en verso, como la primera de ellas, Desdichas de la fortuna o Julianillo Valcárcel (1926), sobre un hijo bastardo del Conde Duque de Olivares.
Una reelaboración del donjuanismo será Juan de Mañara (1927), inspirado en el libertino Miguel. La vida de Juan está, aquí, gobernada por un antiguo amor, y su arrepentimiento decepciona, en el fondo, a su única esposa, que dejó los hábitos por los viriles atractivos que su actual marido ya no posee.
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 La Lola se va a los puertos (1929) |
Las adelfas (1928) es una complicada comedia, guiada por Pirandello y por el psicoanálisis freudiano: Araceli duda entre un nuevo amor y el recuerdo de su difunto marido, al que nunca quiso, pero que fue querido por una antigua compañera de ella. Persuadido por Carlos, médico psicólogo, acepta el amor de Salvador, convencida de que ninguna mujer tuvo responsabilidad en el suicidio de su marido. El interés por el subconsciente lleva a la escena aspectos nuevos del simbolismo, que reflejó Antonio en su poesía.
Su obra más conocida fue La Lola se va a los puertos (1928). Lola representa el cante hondo andaluz y atrae los amores masculinos, aunque no se interesa por ellos. Celosa, Rosario acaba por comprender que Lola no le quitará el novio. Siempre inalcanzable, ésta marcha con su guitarrista a Argentina, para emprender una nueva vida. La obra encierra referencias a la poesía popular y al espíritu andaluz, que tanto interesó a la familia Machado.
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 Cubierta de Las adelfas |
En sus obras se han querido ver valores tradicionales y conservadores. Sin embargo, late en ellas el deseo de un teatro diferente, simbólico y enigmático más allá de las apariencias. Las adelfas es buena prueba de ello. Cierto es que el intento no implica el éxito del mismo.
5.- El alicantino José Martínez Ruiz, conocido como Azorín, (1873-1967) estrena ocho obras entre 1926 y 1936, a las que hay que añadir otras ineditas y nunca estrenadas, como Judit, escrita entre 1925 y 1927.
Judit es la mujer del Poeta, líder sindical gravemente enfermo, cuyo hermano, Presidente del Consejo, viene a visitarlo antes de que aquél muera. Se dice que Judit ha asesinado al Presidente, y, tratada clínicamente, adopta la personalidad de Ester, cuando un joven estudiante provoca que Judit recupere la conciencia de su pasado.
Old Spain (13/9/1926) representa cómo el vanguardista multimillonario americano de origen español, don Joaquín, ayudado por su sanchopancesco amigo míster Brown, seduce a la tradicionalista condesita, hija del Marqués de Cilleros. La obra ofrece extrañas interpretaciones acerca de tradición y modernidad y sobre la esencia de lo español. |
 Portada mecanografiada de Judit |
 Azorín por Zuloaga |
El 17/3/1927 estrena su obra Brandy, mucho brandy, acerca de don Cosme, heredero de un pariente que le exige mantener en su salón un retrato suyo y celebrar una cena anual ante un americano millonario y un notario. Acabada esta cena, Laura, hija de los herederos, recibe la visita del difunto del cuadro, que aparece como viejo y como joven. Ambos la animan a aprovechar su vida. Ella abandona la casa paterna, llamada por un impulso vital.
Refleja el interés por el teatro dentro del teatro en Comedia del arte (25/11/1927), donde Antonio Valdés y Pacita se identifican con Edipo y Antígona, hasta el punto de que el primero da su vida por el arte.
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Entre sus obras más originales destaca Lo invisible, trilogía inspirada en Rainer Maria Rilke. Se inicia con La araña en el espejo (15/10/1927), premonición de la muerte: la casi moribunda Leonor, espera a su ya fallecido esposo Fernando, pese a que ha recibido un mensaje macabro a través de una araña en el espejo…
El segador (30/4/1927) presenta la muerte en boca de un matrimonio, interesado en las tierras de una mujer que vive aislada con su hijo y a quien convencen de que la muerte ronda al pequeño.
La cierra Doctor Death, de 3 a 5 (28/4/1927), con una enferma a la que muestran que la consulta en la que se encuentra es una antesala de la muerte.
Angelita (1930) se compone de una sucesión de escenas relativas al paso del tiempo. Para algunos será su mejor obra.
Se aplaude el dominio de los diálogos en el teatro de Azorín y su vanguardismo, que no deja de asombrar al espectador. El verdadero fallo es que no logró plantear situaciones de verdadero interés en la escena. |
 Portada de Lo invisible (1928) |
6.- A estos “nombres mayores” debemos añadir otros que no se han recordado en nuestros días ni en la escena ni en la imprenta: dejaron obras como Tic-tac (1927) de Claudio de la Torre; Sinrazón (1928) de Ignacio Sánchez Mejías; Tararí de Andrés Álvarez; De la noche a la mañana de Ugarte y López Rubio o Un sueño de la razón de Rivas Cherif (1929), realizadas por compañías como El Mirlo Blanco, El Caracol, etc. Completan el panorama de este teatro que intentó ir más allá.
D.Miguel Pérez Rosado.
Doctor en Filología
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