 Del Miño al Bidasoa |
Semejante al Viaje a la Alcarría, surge Del Miño al Bidasoa (1952). Ahora el viajero es un vagabundo que sale de Santiago de Compostela. Lo acompaña Dupont desde Asturias, donde conocen a Campoamor y otros personajes curiosos. De Santander, llegan a la raya de Francia por el País Vasco. En Vera, el vagabundo saluda a un viejo amigo: Ricardo Baroja. Se despide de Dupont.
Mrs.Caldwell habla con su hijo (1953), transcribe los papeles de esta mujer que el autor conoció en el pabellón de reposo. Mrs.Caldwell, viuda, dirige a su hijo, funcionario muerto en el mar Egeo, mensajes sobre su vida actual, sus amores, sus síntomas de hemoptisis y sus desequilibrios. El humor absurdo de algunas cartas alterna con el lirismo y la experimentación de otras, al estilo de Gómez de la Serna o Jardiel Poncela.
|  Mrs. Cadwell habla con su hijo |
 Edición moderna La catira |
Aparecen novelas breves: Café de artistas (1953) y El molino de viento y otras novelas cortas (1956). Una tercera colección de cuentos, Baraja de invenciones (1953), se reedita, junto con las dos anteriores, como Nuevo retablo de don Cristobita. Arbitrios, figuraciones y alucinaciones (1957).
Otra novela, La catira (1955), ambientada en Venezuela, presenta la historia –catira es un venezolanismo que significa ‘blanca’- de Pipía Sánchez, que perdió a su hijo, Juan Evangelista. La obra suponía una exhibición lingüística en una línea insólita para la narrativa española.
Judíos, moros y cristianos (1956) recoge artículos. Obras posteriores son La rosa (1959), memorias de infancia, y Primer viaje andaluz (1959), reportaje. |
1.2.- No ha sido unánime la crítica con la obra de Rafael Sánchez Mazas (1894-1966), desde su Pequeña memoria de Tarín (1915) o sus Lances hasta La vida nueva de Pedrito de Andía (1951). Ésta refleja las memorias de un colegial entre Junio y Octubre de 1923, durante unas vacaciones en Bilbao: sus estudios -con el Padre Cornejo-, inquietudes, amoríos -Isabel- y peleas, en un ambiente vasco de clase alta.
Parecida orientación nacional-católica sigue José Mª Sánchez Silva (1911), cuya popularidad se debe a Marcelino Pan y Vino (1952), historia de un expósito recogido por frailes, que obtiene el don de acompañar a Cristo en el Cielo. Su autor dejó otras narraciones breves y libros como Franco…ese hombre (1964). |
 Edición actual de La vida nueva de Pedrito de Andía |
 Luis Romero |
1.3.- El escritor barcelonés Luis Romero (1916) ganó el Premio Nadal de 1951 con La noria (1952). Lo forman escenas yuxtapuestas de un día en Barcelona, con personajes representativos de su sociedad: el taxista, su hija dependienta de una librería, el profesor erudito, obreros, prostitutas, empresarios, jugadores, mendigos, viudas y un cura que cierra la novela al amanecer.
Enseguida hallamos divergencias respecto a La colmena: el monólogo interior presenta el pasado de algunos personajes y su militancia republicana. La preocupación por la sociedad y los obreros desfavorecidos nos sitúa en los orígenes del realismo social. |
Luis Romero siguió en España su carrera literaria, con novelas como El cacique (1963), premio Planeta, y una trilogía sobre la Guerra Civil: Tres días de Julio (1967), Desastre en Cartagena (1971) y El final de la guerra (1977). Después aparece Castell de cartes (1991).
1.4.- La versión oficial de la Guerra desde el bando franquista se aproximaba a la del gerundense José María Gironella (Darnius, 1917). |  La noria editada por Círculo de Lectores |
 Retrato de Gironella en Los cipreses creen en Dios |
A modo de Episodios nacionales, inicia una tetralogía con Los cipreses creen en Dios (1953), que narraba, en estilo tradicional, los avatares de la familia catalana de Matías Alvear y Carmen Elgazu desde Abril de 1931 a Julio de 1936. El hijo mayor, Ignacio, se desborda ante los acontecimientos políticos. César, sacerdote, morirá mártir de los republicanos. La hija Pilar será novia de Mateo Santos, responsable de Falange en Barcelona.
Era de esperar que Gironella reflejase su experiencia de combatiente franquista y su simpatía por la derecha y por José Antonio Primo de Rivera.
Le sigue un Millón de muertos (1961), ambientada entre 1936 y 1939, Ha estallado la paz (1966), que parte de 1939, y Los hombres lloran solos (1986).
Al margen de esta serie publicó Todos somos fugitivos (1962), Condenados a vivir (1971) o Cita en el cementerio (1983).
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1.5.- Mi idolatrado hijo Sisí (1953), nueva novela de Miguel Delibes (Valladolid, 1920), denuncia el olvido de los hijos por parte de algunos padres. Se asoció a su autor con una novela católica, entre José Luis Martín Descalzo o Vicente Risco, hoy casi olvidados.
Diario de un cazador (1955), Premio Nacional de Literatura, responde a su título: entre el 15 de agosto de 1954 y el 25 de enero del año siguiente, el narrador relata sus experiencias cinegéticas, su vida familiar, sentimental, laboral -sus servicios y ganancias en un Instituto-, las relaciones con su novia, amigos, etc.
Le sigue un libro de relatos: Siestas con viento sur (1957). |
 Miguel Delibes |

La hoja roja |
La hoja roja (1959) indicaba que los librillos de papel de fumar iban a terminarse. Esto siente el viudo jubilado Eloy Núñez. Repartirá su vida con su criada, Desi, sus amigos y su pasión por la fotografía. Un hijo suyo lo recibe con frialdad en Madrid. Al frustrarse el matrimonio de la Desi, Eloy traza su futuro junto a ella.
Cierra la producción de esta época Las ratas (1962), novela que exalta la espiritualidad y la ecología. La protagoniza el Nini, niño protegido por la naturaleza, que vive con el tío Ratero en cuevas. Este nuevo Jesús ayuda a quienes sufren y predice la catástrofe de no cosechar a tiempo el trigo. Una pelea del tío Ratero con otro muchacho que también caza ratas, termina con la muerte de aquel y el desahucio de las cuevas. |
 Plano-prólogo de Las ratas |
 La gota de mercurio (1954) |
1.6.- Atípica en este panorama resulta la novela del asturiano Alejandro Núñez Alonso (1905-1982), La gota de mercurio (1954):
El pintor mejicano Pablo Cossío, a las doce de la mañana, decide pasar sus doce últimas horas. Este artista famoso y desequilibrado vive un mundo absurdo: pide dinero a su amigo Carlos, estafa al banquero Custodio, compra una pistola y un ataúd, soporta exposiciones de pintores despreciables o lúcidos suicidas fallidos y, sobre todo, añora a Sonia Eriksson. Se frustra el suicidio de Pablo: su criado Esteban robó sus balas y lo denunció al hombre de sílex. -Pablo murió en un manicomio-.
La visión subjetiva e irónica de la realidad se da en primera persona: distorsiona el lenguaje, crea un idioma absurdo, analiza la esencia del arte, de Dios, de la c a u s a del suicidio… Sus brillantes teorías estéticas apuntan al surrealismo de Breton o el expresionismo de Diego Rivera, citados en el texto.
A la exhibición de técnicas narrativas acompaña un extraordinario sentido del humor y una absoluta honradez en el punto de vista del personaje. La novela española no logró seguirlo. |
Su autor, que inició su carrera literaria en Konco (1943) y Días de huracán (1949), triunfó con la novela histórica del ciclo romano (1956-1961) o Arriba Israel (1977).
1.7.- El murciano José Luis Castillo-Puche (1919) verá censurada Con la muerte al hombro (1954), pese a su filiación católica. Publica Sin camino (1956).
En El vengador (1956) encontramos al alférez Luis en Hécula, para vengar los asesinatos de su madre y hermanos. Su rencor se enfría al encontrar un cadáver desconocido en la tumba familiar: se trata de un espía republicano asesinado por crueles falangistas como su hermano Enrique o Diógenes, cuyo odio asquea al alférez. Luis abandona el pueblo.
La novela se acercaba al relato policiaco, aunque su desenlace decepciona.
Obras de nuestro autor serán Hicieron partes (1957), Paralelo 40, Como ovejas al matadero, Jeremías el anarquista, El libro de las visiones y apariciones (1977) y El amargo sabor de la retama. |
 El vengador |
 Jesús Fernández Santos |
1.8.- Jesús Fernández Santos (Madrid, 1926-1988) estudió Letras y trabajó como actor o director de teatro, radio, T.V. y cine.
Su primera novela, Los bravos (1954), reflejaba la miseria de un pueblo próximo a Asturias. Un joven médico se enamora de Socorro, sirvienta del viejo y rico Prudencio. Sus pacientes desean escapar a la ciudad: él los ayuda y encubre al furtivo Alfredo. Se enfrenta al pueblo por salvar la vida de cierto viajante que roba los ahorros a quienes confiaron en él. Pese a todo, el médico logra su propósito de vivir en paz con Socorro.
La novela fue un modelo para sus compañeros al denunciar la vida rural española dentro del realismo social.
Como autor de cuentos destaca su interés por los desvalidos y marginados, en libros como Cabeza rapada (1958). Otra de sus novelas fue En la hoguera (1957). |
 Rafael Sánchez Ferlosio |
1.9.- De las voces lúcidas de estos años celebramos la de Rafael Sánchez Ferlosio (1927), nacido en Roma.
Su primera novela fue Industrias y andanzas de Alfanhuí (1952), niño experto en colores, que se hace oficial disecador con su maestro de Guadalajara. La maldad de la gente causa la muerte de éste, pero Alfanhuí sigue, animado por el fuego. En Madrid conoce al títere don Zana, cuya crueldad achulada repugna a Alfanhuí. En una tercera parte visita en Moraleja a su abuela, sensible y austera, que incuba huevos de animales. Alfanhuí se hace boyero. En Palencia trabaja en una herboristería. Un día, en un extraño paisaje -un río con una isla central- recuerda a su maestro, siente a los alcaravanes y deja, a su paso, un arco de colores.
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 Edición popular de Alfanhuí |
Era inevitable la comparación entre este despliegue de imaginación y La vida nueva de Pedrito de Andía, que su padre publicó el mismo año. La rivalidad entre ambos llegó también en el plano ideológico: Ferlosio simpatiza con el Partido Comunista de España.
Su siguiente obra, El Jarama (1956), le valió el Premio Nadal de 1955: un domingo, a orillas del río, un grupo de jóvenes de clase obrera pasan el día junto a la venta de Mauricio, apreciado por sus clientes. Al anochecer, tres de los jóvenes deciden bañarse para combatir los efectos del alcohol: Luci muere ahogada y su cadáver sigue los trámites administrativos de rigor.
La novela, modelo conductista de los cincuenta, fue celebrada sin reservas, aunque con algún desconcierto. Era una prueba de las relaciones entre realidad y palabra -donde el lenguaje coloquial alcanza sus mayores logros-, una consideración de la tragedia o del drama en la cotidianeidad, una grabación literaria, un documental sin protagonista… Su autor pasaría años sin escribir novelas, dejando una legión de seguidores e imitadores. |
 El Jarama |
 Edición escolar de Fiesta al Noroeste
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Merecen atención relatos como Y el corazón caliente (h.1956), sobre la extraña reacción de un maño al volcar su camión en una carretera nevada: queda impertérrito hasta que, en el bar donde ha comido -y hablado mucho-, se deshace en lágrimas.
Dientes, pólvora, febrero (h.1956) refleja una batida de zorros y lobos, celebrada con una comida especial.
1.10.- Ana María Matute (Barcelona, 1926) vuelve a la actualidad con Fiesta al Noroeste (1953), sobre la vida del cacique Juan Medinao. Cuando el titiritero Dingo mata involuntariamente a un niño, recurre a Medinao. Éste no perdona que, siendo niño, Dingo marchase de la aldea. Herido por el abandono y los celos de su hermanastro Pablo, intenta ganar por la fuerza el afecto de éste. Queda a solas con su soberbia y su impotencia. |
Pequeño teatro (1954), Premio Planeta de ese año y novela primeriza, trata del amor difícil entre Zazu y Marco, amigo del holgazán Ilé Eroriak. Tras fingir desprecio a Marco, Zazu se suicida. Marco resulta ser un delincuente y abandona el lugar. Ilé lo cuenta al anciano propietario de un teatrito que lo acogerá.
Le siguen En esta tierra (1955) y Los hijos muertos (1958).
Un nuevo galardón, el “Premio Nadal” de 1959 llegó con Primera memoria (1960), que reincide en el mundo de la adolescencia y la pérdida de lo vital. Completan esta trilogía Los soldados lloran de noche (1964) y La trampa (1969). La torre vigía (1971) cierra una etapa de su novelística. |
 Cubierta de Primera memoria
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 Edición popular de El fulgor y la sangre
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1.11.- Uno de los nombres más destacados de Revista Española fue Ignacio Aldecoa (Vitoria 1925-Madrid 1969).
El fulgor y la sangre (1954), finalista del Premio Planeta, narra la tarde en que las familias de unos Guardias Civiles esperan saber, desde el castillo que habitan, cuál de los seis ha sido asesinado durante su servicio. Cinco esposas -el cabo es soltero- repasan sus infancias marcadas por la Guerra y contienen su ansiedad hasta descubrir que ha sido el cabo la víctima de un gitano enloquecido.
Intuimos la lectura de Faulkner en el lirismo y minuciosidad de algunas descripciones y sentimientos.
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 Ignacio Aldecoa
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Se ha asociado la obra, sin base sólida, a una trilogía compuesta por Con el viento solano (1956) y Gran Sol (1957).
Gran Sol (1957), casi un reportaje, es un hito de la novela social: varios marinos del Aril pescan en la zona del Gran Sol. Se preocupan por sus familias, sus trabajos y sus posibilidades de mejorar. El drama se da al morir el patrón, Simón Orozco, en un incidente laboral. Interesa la documentación sobre los trabajadores y las expresiones lingüísticas de su actividad. |
 Edición moderna de Gran Sol (Madrid, 2000) |
 Cuentos editados por Josefina R. de Aldecoa
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A Ignacio Aldecoa se le recuerda especialmente por sus cuentos, recogidos en Vísperas de silencio (1955), El corazón y otros frutos amargos (1959), Caballo de pica (1961) o Arqueología (1961).
Confirma en ellos su vocación de autor social, presentado trabajadores de diferentes sectores: pescadores, segadores, picapedreros, toreros, boxeadores, sin olvidar personajes de la burguesía, vagabundos, niños abandonados e, incluso, sus propias experiencias escolares y familiares. |
1.12.- La primera novela del barcelonés Juan Goytisolo (1931), Juegos de manos (1954) también sigue el realismo social: presenta en Madrid unos jóvenes de la alta burguesía, ferozmente opuestos al mundo del que proceden, entre alcohol y prostitutas. Su agresividad se concreta en un asesinato de matiz político. David debe matar a Francisco Guarner, oscuro representante gubernamental. Su fracaso lo hace morir, víctima de sus amigos.
Duelo en el paraíso (1955) traslada la violencia desequilibrada al mundo infantil de una aldea catalana. |
 Juegos de manos |
 Juan Goytisolo
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Se habla de una trilogía machadiana – “Del mañana efímero”– al tratar El circo (1957), Fiestas (1958) y La resaca (1959).
Libros de testimonio documental son Campos de Níjar (1959) y La Chanca (1962).
Juan Goytisolo, autoexiliado en París, trabajó para la editorial “Gallimard”. Su rechazo de la España oficial y su distanciamiento y crueldad ante sus personajes, no le impiden reflejar el mundo de los vencidos y la miseria de los emigrantes. |
Una nueva fase la forman Para vivir aquí (1960), La isla (1961) y Fin de fiesta (1962), a medio camino entre el relato y la novela, donde el hastío protagoniza la acción.
1.13.- Sorprende, entre las novelas de esta década, el Premio Planeta de 1955, del malagueño Antonio Prieto (1930), Tres pisadas de hombre, historia de lealtades y traiciones de tres curiosos y muy diferentes personajes: Gad, Juan y Luigi, que admiran a la misma mujer y se turnan en el uso de la primera persona.
Otro tipo de novela más comercial, entre el humor y la lectura moralizante cultivaron novelistas como Torcuato Luca de Tena en Edad prohibida (1958) |
 Antonio Prieto |
 Carmen Martín Gaite |
1.14.- En Salamanca nació Carmen Martín Gaite (1925-2000), doctora en Filosofía y Letras y casada durante un tiempo con Rafael Sánchez Ferlosio.
Entre visillos (1958) fue Premio Nadal en 1957. Presentaba la reacción de un grupo de muchachas ante su joven profesor de alemán, Pablo Klein. Las jóvenes se interesan por su propio futuro. Algunas superan dificultades y convenciones sociales y luchan por su felicidad. Pablo rompe esquemas sin alterar el orden provinciano.
Carmen Martín Gaite publicó brillantes cuentos, recogidos en El balneario o Las ataduras, desde mediados de los años cincuenta donde sublima con maestría sus conflictos personales. Su siguiente novela fue Ritmo lento (1962). |
 Cuentos completos de Carmen Martín Gaite
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 Gonzalo Torrente Ballester |
1.15.- A finales de la década reaparece el coruñés Gonzalo Torrente Ballester (1910-1998), comenzando su trilogía Los gozos y las sombras con El Señor llega (1957).
A Pueblanueva del Conde llega Carlos Deza -siquiatra y último representante de la familia de los Churruchaos-, atraído por una llamada atávica y protegido por doña Mariana. El prepotente Cayetano Salgado domina el pueblo, humillando a hombres y mujeres. Carlos prefiere al agitador social Juan Aldán -y a su hermana Clara- o a los frailes Eugenio Quiroga y Ossorio. Éste edita unos comentarios a las epístolas del padre Hugo, titulados El Señor llega. Carlos atrae a Rosario, querida de Cayetano, dejándolo en evidencia; duda de sus propias ideas e inicia un pulso con su rival. |  El Señor llega |
 Donde da la vuelta el aire |
Donde da la vuelta el aire (1960) desarrolla el conflicto: mientras Cayetano actúa miserablemente, se desacredita la labor de los frailes: Eugenio permanece en el monasterio para realizar sus pinturas místicas. Ossorio viaja a Madrid, donde le sigue su adepta, Inés. Por acompañarla, su hermano Juan abandona la lucha obrera. Muere Mariana Sarmiento (1935). Rosario se casa con Ramón sin renunciar a Carlos. Cayetano defiende a sus obreros ante los abusos de cierta compañía rival. |
Cierra la trilogía La Pascua triste (1962): Germaine, sobrina de doña Mariana, evita residir cinco años en Pueblanueva, aceptando una cantidad de dinero por su herencia. El boticario, don Baldomero, obedece un mensaje de su difunta esposa: quemar las pinturas escandalosas de Eugenio. Los apuros económicos agobian a Cayetano cuando gana la izquierda las elecciones. El desenlace es fatal: viola a Clara y agrede a Juan y a Carlos, que marcha con ella a Portugal, dejando Pueblanueva a Cayetano.
Torrente demostraba que su capacidad de fabulación crecía como su dominio del lenguaje, desbordado en la exposición de sucesos que abre cada sección de la trilogía y cierra la obra.
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 La Pascua triste |
 Central eléctrica |
1.16.- Jesús López Pacheco (1930-1997), militante del Partido Comunista de España, escribe la novela cumbre del realismo socialista, evolución del realismo social o neorrealismo hacia situaciones que pongan de manifiesto la miseria del trabajador.
Central eléctrica (1958) narra los esfuerzos para llevar luz eléctrica a Aldeaseca -¿noroeste peninsular?-, cuyos habitantes viven al margen de la ley. La Central debe inundar el pueblo; sus habitantes trabajan en ella y mejoran sus vidas. Mueren varios obreros y técnicos, pero el ingeniero Andrés Ruiz, tuberculoso, triunfa. Compara su obra a un templo pagano que mejorará la sociedad. Un ministro la inaugura con un discurso frío, pero la brutalidad, en forma de una violación, demuestra que Nueva Aldeaseca no cambia.
El pesimismo de la obra se funde con escenas líricas y descripciones minuciosas de paisajes o animales.
López Pacheco volvió a la novela con La hoja de parra (1973).
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1.17.- Antonio Ferres, continúa el género con La piqueta (1959), donde unos emigrantes gienenses malviven en una chabola de Madrid.
Fernando Morán destacó en este tipo de novela con También se muere el mar (1958). En mayor o menor medida participaron Rodrigo Rubio (1932) y Daniel Sueiro (1931-1987).
1.18.- Medardo Fraile (1925) fue autor teatral en los años cuarenta. Aporta al relato breve títulos como Cuentos con algún amor (1954), A la luz cambian las cosas (1959), Cuentos de verdad (1961) o Descubridor de nada y otros cuentos (1970).
En este género destacó también Francisco García Pavón (Tomelloso, 1919-Madrid, 1989), con Cuentos republicanos (1961), Los liberales (1965) y sus muy populares y policiacas Historias de Plinio (1968).
Otro cultivador del género, Alonso Zamora Vicente (1916), fue filólogo y académico.
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 Medardo Fraile |
 Las afueras |
1.19.- En Barcelona nace Luis Goytisolo (1935), también militante del P.C.E., ganador del premio Biblioteca Breve con Las afueras (1958). Forman la novela siete capítulos autónomos con personajes comunes: Víctor, hijo de don Augusto, desea explotar la finca La Mata. Es también padre de Alvarito. De clase social baja son Ciriaco -asistente del alférez Víctor durante la guerra y encarcelado por hurtar material de trabajo-, su familia y sus amigos. En estas siete secciones sin protagonista ni acción se describen con talento paisajes y ambientes.
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1.20.- Otro seguidor del realismo social fue el madrileño Armando López Salinas (1925), militante del PCE que interrumpió sus estudios de bachillerato por la Guerra para trabajar en oficios dispares y esporádicos.
La mina (1960), finalista del Premio Nadal de 1959, narra la vida de Joaquín García “el Granadino”, que abandona su pueblo andaluz para trabajar como caballista de una cuadrilla minera en Los Llanos, con su familia. Mientras se reivindican más seguridades laborales, el capataz Felipe, defiende al empresario. Joaquín prospera hasta que el hundimiento de su mina causa la muerte de la cuadrilla y la miseria de sus familiares.
La vocación testimonial del autor se refleja en Caminando por las Hurdes (1960), Año tras año (1962), Por el río abajo (1966), Viaje al país gallego (1967) o La alianza de las fuerzas del trabajo y de la cultura (1977), algunas de ellas en colaboración. López Salinas abandonó la literatura por la política. |
 Edición popular de La mina (1977) |
 Juan García Hortelano |
1.21.- Un maestro en caricaturas burguesas fue el simpático madrileño Juan García Hortelano (1928-1992), militante del Partido Comunista, que se inició como literato en Nuevas amistades (1959), Premio Biblioteca Breve. La protagonizan señoritos de Madrid: Julia se siente embarazada. Gregorio contacta desde las chabolas con alguien que practique un aborto a la muchacha, cuya convalecencia hace temer lo peor. Darío, médico de confianza, diagnostica que Julia no estaba embarazada; el aborto fue una estafa: un corte superficial provocó una hemorragia inocua. Julia nunca corrió peligro.
Parecida técnica muestra en Tormenta de verano (1962).
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 Edición de bolsillo de Nuevas amistades |
 Primera edición completa de La zanja |
1.22.- El sevillano Alfonso Grosso (1928) se dio a conocer con La zanja (1961), novela social recortada por la censura.
Retrataba la miseria y explotación de unos trabajadores andaluces, en contraste con la vida de los americanos en la Base. Carlos, tísico, trabaja; Eugenio y Antonio beben, Chico Mingo se desloma en la camioneta… La prostitución es una constante; la muerte está presente. Ejercen la opresión Roque, teniente de la Guardia Civil, y el cura. Los intentos de Pedro por reivindicar sus derechos chocan con la insolidaridad de sus compañeros.
La zanja es obra de mérito, aunque su autor desconcertó en su actitud al novelar por caminos diferentes.
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 José Manuel Caballero Bonald
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1.23.- Epígono del realismo social fue la primera novela del jerezano José Manuel Caballero Bonald (1926), estudiante de Náutica y Astronomía y de Filosofía y Letras, profesor en diversas universidades y colaborador de la R.A.E. Se dio a conocer con varios libros de poesía.
Dos días de setiembre (1962), premio Biblioteca Breve en 1961, refleja cuarenta y ocho horas de un pueblo andaluz, ahogado por la miseria y el alcohol. Tres caciques terratenientes -alguno arruinado, como Miguel Gamero- preparan la vendimia y hacen que jornaleros y vendimiadores giren en torno a ellos: organizan sus fiestas, prostituyen mujeres y lucen su dinero. El drama llega al morir el cantaor Joaquín, maltratado y enfermo, aplastado por una bota de vino mientras trabajaba.
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 Dos días de setiembre
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2.- LA PROSA EN EL EXILIO
 Sender hacia 1969 |
2.1.- Durante esta década aparecen las mejores novelas de Ramón J. Sender (Huesca, 1902-1982), como El verdugo afable (1952).
Publica Mosén Millán (1953), refundido como Réquiem por un campesino español (1960).
Un año después del asesinato de Paco el del Molino, Mosén Millán prepara una misa de requiem. Recuerda a Paco, que conoció la injusticia asistiendo a un pobre y se enfrentó con el duque por los bienes de señorío cuando la República. Entonces unos pistoleros asesinaron a los campesinos. Mosén Millán siente remordimientos por traicionar a Paco, creyendo salvarle la vida.
|  Réquiem por un campesino español |
La transparencia del relato le seguró el éxito. Un romance sobre Paco, dividido en secciones, le confiere un tono épico.
A finales de la década aparecen la novela histórica Bizancio (1956), Los cinco libros de Ariadna (1957), Emen Hetan (1958) y Los laureles de Anselmo (1958).
 Francisco Ayala
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2.2.- El granadino Francisco Ayala (1906) había destacado como prosista de vanguardia. Tras publicar en Buenos Aires dos colecciones de relatos: Los usurpadores y La cabeza del cordero -ambas de 1949-, y ensayos, como Tecnología y libertad (1959), vuelve a la novela.
Muertes de perro (1958) es una novela de dictador, heredera del Tirano Banderas (1926). Luis Pinedo narra el fin del dictador Bocanegra en un país centroamericano. Utiliza las memorias de Tadeo Requena, protegido del dictador. Deduce que su muerte se debió a un asunto de faldas: su esposa Concha, aficionada al espiritismo, logró que Tadeo lo asesinara y que él mismo fuese asesinado por el coronel Pancho Cortina. La novela se enriquece con anécdotas sobre las manías del dictador y su gente. Luis Pinedo, desde su silla de inválido, apuñula al nuevo dictador, Olóriz. |
Continuación de la novela fue El fondo del vaso (1962), donde José Lino Ruiz encarga una apología de Bocanegra al periodista Rodríguez. Descubre que el hijo de éste corteja a Candy, secretaria y amante de José. Domenech aparenta alejarla de Rodríguez, sin convencer a Ruiz. Leemos en un periódico el asesinato de Luis Erre Junior, actual amante de Candy. Desde la cárcel, José Lino Ruiz intenta explicar los hechos que lo señalan como sospechoso. ¿Sabe algo su mujer Corina? Reconociendo José su propia miseria, renuncia -como el pobre lector- a comprender.
Son claros la huella cervantina y el ejemplo galdosiano de Realidad/La incógnita.
Entre otras obras de Ayala destacan El jardín de las delicias (1971), Cervantes y Quevedo (1974) o La novela: Galdós y Unamuno (1974). |  Edición comentada de Muertes de perro |
 Baal Babilonia
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2.3.- Dos novelas de excepción aparecen ahora: la de Fernando Arrabal (Melilla, 1932), Baal Babylone/Baal Babilonia (1959), publicada en francés, pero redactada -al menos, parcialmente- en español. Arrabal sublima sus obsesiones: la desaparición de su padre, militar republicano; la histeria de su madre, que lo atrae con complejo casi edípico; su fracaso como militar; el sadomasoquismo de su tía Clara; la fascinación de la religión; el establecimiento en Madrid… Recoge las técnicas postistas de los años 40, aunque Julio Cortázar, pudo enriquecer sus tendencias dentro del grupo Pánico. |
La segunda novela es obra del madrileño Jorge Semprún (1923) Le grand voyage/El largo viaje (1963). Jacqueline y Rafael Conte firman la versión castellana de 1976. Esta novela reportaje recuerda el espantoso trayecto de Francia a Alemania en un tren destinado a un campo de concentración vigilado por los S.S. nazis. El relato se entrevera con crímenes nacionalsocialistas y muertes de compañeros, como la del chico de Semur. Un documento de tal fuerza no necesitaba técnicas narrativas sofisticadas.
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 Primera edición española de El largo viaje
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D.Miguel Pérez Rosado.
Doctor en Filología
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