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La iglesia de San Juan Bautista, más conocida como “San Juan de Baños”, está situada en Baños de Cerrato (Palencia). Cuenta la historia que en el año 611 el rey Recesvinto fundó en este mismo lugar, el monasterio de San Juan Bautista. Sabemos con precisión esta fecha, porque está incluida en una inscripción situada sobre del arco triunfal:
Se observa que habla del año 699, pero es de la era hispánica, que trasladado al calendario actual, es el 661. Dentro de las distintas construcciones que incluía el monasterio en sus recintos, se encontraba esta iglesia. En estos mismos lugares existían unas termas de origen romano, con fuentes de “aguas medicinales”. El mencionado rey, al volver de sus luchas con los tribus vasconas, y padeciendo dolores por sus afecciones renales, se detuvo en este lugar y tomó sus aguas. Al experimentar mejoría, mandó la construcción del monasterio en agradecimiento a San Juan Bautista. Este es el único edificio que nos queda del antiguo conjunto monacal, y por desgracia, ha sufrido numerosas variaciones y reconstrucciones durante su larga vida. Estas, han sido realizadas con fortuna dispar, a pesar de todo, el conjunto sigue manteniendo una armonía y un equilibrio admirable.
1.- Comencemos por su planta. Sabemos que la actual no es la original. La proyectada y construida en un principio era “de cruz latina” con tres ábsides rectangulares separados entre sí -almenados en planta-, que sobresalían del crucero. Este diseño, lo deducimos gracias a las diferentes fábricas en los muros actuales, que nos indican cuales son originales y cuales, modificaciones. Además, y más significativas, son las evidencias que se observan en las dos secciones de muros comprendidos entre los actuales contrafuetres laterales, corresponden a los antiguos ábsides. En ellas podemos determinar las siguentes pruebas: la primera, es la tira de figuras geométricas que aparece en este muro, que concuerda con la decoración interior de la iglesia, y la segunda, los inicios de las bóvedas de cañon que cubrían los ábsides originales, que se aprecian con claridad en lo alto del muro .
Actualmente, tras las multiples modificaciones realizadas, observamos una planta basilical, ligeramente trapezoidal, con tres naves separadas por arcos de herradura sobre columnas y tres ábsides rectos -sólo el central es original- en sus frentes, con lo que exteriormente queda conformado un testero plano. La principal remodelación, la que modificó la planta al diseño actual ya comentado, se realizó en época gótica, intentando conseguir un espacio más compacto y menos compartimentado, para que la función del templo, ya más secular que monacal, se desarrollase adecuadamente. 2.- En el interior, las tres naves están separadas por dos filas de cuatro columnas de mármol con capiteles de “tipo corintio” y unidas por cuatro arcos de herradura. Los dos primeros, se apoyan sobre dos pilares unidos al muro. Las columnas de color gris rosaceo, son de origen romano. De los capiteles, solo uno es romano, los demas son imitaciones visigodas. Es de comentar, que seis de estos adoptan una clara estética romana, mientras que los dos primeros, los más cercanos a la entrada, son más esquemáticos, de hechuras visigodas. Además, estos arcos soportan la parte superior -“segunda altura”- de la nave central.
Esta, la nave principal tiene un anchura de 4,20 m. y es, como ya hemos dicho, más alta que las laterales, habilitando así el espacio para la entrada de luz gracias a cuatro ventanas abiertas por lado. En su extremo se sitúa el ábside. Rectangular, mide 3,90 m. de ancho y 4,30 m. de profundidad. Es su muro posterior se abre una ventana con celosía y arco de herradura. Se accede al ábiside por arco triunfal de herradura. Este arco se apoya sobre unas jambas con impostas inclinadas al interior. Además, tiene la misma anchura que el ábside y sus dovelas coinciden con las de la bóveda de cañon que lo cubre. En su dovela superior central -clave- aparece una “cruz patada”, sobre la cual, en una placa de mármol está la inscripción anteriormente transcrita. Todo el perímetro de la dovelas del arco están decoradas por un pequeño friso o moldura de hojas entrelazadas yuxtapuestas. Con respecto a la decoración de los muros interiores se puede observar una banda esculpida a bisel, que rodea todo el perímetros de la nave central, sobre las ventanas superiores, casi a la altura de la cubierta, que representa circulos secantes repetitivos. En este friso, y sobre el arco triunfal, aparecen dos modillones que hacen pareja con otros dos inferiores y que “sujetan” la placa conmemorativa ya comentada. Aparecen en su parte inferior ruedas con “rádios curvos” a bisel, en sus frontales semicirculos “aconchados” y lateralmente cabezas de águilas. También aparecen estas bandas en las impostas de las ventanas, extendiendose desde el interior al exterior y rodeando así la la nave princial de la iglesia por fuera.
Otra banda aparece en el inicio de la bóveda de cañon -la imposta inclinadas ya comentada- de la capilla mayor, también de circulos tangentes divididos en cuartos circulares a modo de pétalos sobre los cuales discurre una moldura. Similar decoración tendían los ábsides laterales, de hecho, se pueden ver en el exterior de la iglesia, entre los contrafuertes, las dos secciones -ya comentadas- que pertenecián a esta decoración. El ábside es la única estancia con cubieta de piedra, el resto de la edificación tiene cubierta de madera a dos aguas, realizada recientemente. En el exterior, se observa que esta cubierta a dos aguas cubierta de teja roja, es rematada en las naves laterales con una tercera agua, al igual que los tres absides por estensión de la neve central. Muy probablemente, toda la edificación original tuviese una bóveda de cañon, por lo menos los dos ábsides perdidos y la neve central. |
3.- Del exterior podemos destacar su puerta, de estética típicamente hispano-visigoda: arco de herradura visigodo (estendido 1/3 del radio), dovelas de expesor desigual, intrados no paralelo al extrados. En la dovela superior central, está exculpida una cruz patada con “clipeus” -escudo con busto- de estética visigótica. Las impostas tiene un friso similar a los interiores -circulos secantes-, y las dovelas están decoradas por una pequeña tira perimetral similar al del arco triunfal interior. Posteriormente, ya en el siglo XIX, se le añadió una espadaña de dudosa estética, pero necesaria para colocar la campana.
En los alzados laterales se observa claramente la mayor altura de la nave central, en cuyos muros se abren cuatro pequeños vanos alargados a modo de saeteras, con arcos, abocinados y con celosías que iluminan el interior. Además aparecen gruesos contafuertes situados en los arranques de los antiguos muros que formaban los dos ábsides originales hoy desaparecidos. En la parte superior de estos contrafuetes, se puede observar la diferencia de fábrica que se produjo al derribar parte del muro original. Entra ellos se ven claramente el inicio de las bóvedas de cañon de los ábsides desaparecidos y la banda decorativa que correspondía al interior de los mismos. Un friso similar recorre todo el perímetro de la nave central a la altura de las impostas de las ventanas.
Al igual que en otros muros de la iglesia, con el paso del tiempo se fueron realizando algunos vanos para la iluminación interior. Existían dos ventanucos rectangulales a los lados del pórtico de entrada, hoy reconstruidos y dos ventanas con arcos de medio punto en el alzado sur. Actualmente también se han reconstruido, a excepción de los dos arcos que solo se han cegado quedando dos pequeños huecos a modo de hornacinas semicirculares. El alzado posterior, correspodiente a los ábsides, muestra testero plano con dos curiosos contrafuertes en sus extremos no perpendiculares al muro, que soportan el peso de los nuevos muros de las dos capillas laterales. Estos, al no estar enlazados por fábrica -a soga y tizón- a ninguno de los muros colindantes -el posterior del ábside central y los laterales de las dos capillas- necesitaban un refuerzo extra para que no se desplazasen y que soportasen el exceso en altura. En el centro del muro se obseva la ventana con arco de herradura y celosía que ilumina el ábside central. Sus impostas están decoradas con el repetitivo bisel de circulos secantes. Hay otros dos vanos laterales, más altos, desalineados, rectangulares, desiguales y alargados que corresponden a las dos capillas laterales. El conjunto de la basílica mide cerca delos 13 m. de ancho por 20 m. de largo. Se declaró Monumento Nacional en 1897. La petición para esta consideración fue formulada por D. Manuel Danvila y D.Juan Catalina García el 18 de diciembre de 1896 a la Real Academia de la Historia. –Boletín de la Real Academia de la Historia con el escrito de D.Manuel Danvila y Juan Catalina García– . |